Nosotros

Nos tomamos muy en serio la cría de nuestros perros y como centro veterinario nuestra prioridad es la salud de los cachorros. Por ello, los padres de los cachorros pasan varios controles médicos a lo largo del año y las madres de nuestros cachorros llevan un exhaustivo seguimiento cuando están embarazadas, así empezamos a cuidar a los cachorros desde antes de nacer. Desde muy pequeños, nuestros veterinarios se encargan de asegurarse que cada cachorro va desarrollándose correctamente, controlan su alimentación y les proveen de todas las vacunas y desparasitaciones apropiadas para su edad. Por eso, cuando se entregan, podemos darle a la familia su cachorro con el microchip y la cartilla veterinaria con el cuadro de vacunaciones y desparasitaciones al día.

Los padres de nuestros cachorros son seleccionados por su excelente línea genética. Al igual que sus antepasados, son perros con buena salud física y excelente carácter. Nuestros cachorros de razas grandes tienen el descarte de estar libres de displasia de cadera y patela. Además, son de nuestra propiedad, los cuidamos diariamente y le hacemos controles periódicos veterinarios por lo que los conocemos a la perfección. Teniendo su historial clínico al día y estando seguros de su buen temperamento hacemos los cruces para intentar conseguir unos cachorros tan buenos y sanos como sus padres. Actualmente los conocimientos genéticos sólo proporcionan predicciones sobre la tendencia en el desarrollo que tendrán los cachorros resultado de la unión de sus padres. Esto quiere decir, que, de la unión de los perros, el resultado puede ser muy cercano a lo esperado, pero siempre pueden aparecer comprensibles excepciones fruto de la aleatoriedad de la naturaleza. Es por ello que nos comprometemos a la devolución del importe del perro, o la donación de otro cachorro, si es diagnosticado con displasia de cadera y patela antes de los 12 meses. O si la familia no quiere devolver al cachorro, se le ofrecerá una indemnización.

Estamos muy comprometidos con nuestros perros y para nosotros es una condición innegociable que la familia también lo esté, por ello en nuestro contrato recogemos ciertas cláusulas que garantizan el bienestar de todos nuestros perros. Por eso, hacemos firmar a todas las familias su compromiso de “proveer de nutrición, alojamiento, ejercicio, asistencia veterinaria adecuada, así como del cariño suficiente al cachorro”, además de “mantener contactos regulares máximo cada tres meses con nuestro centro sobre crecimiento, salud y adiestramiento”. Además, nos aseguramos que ninguno de nuestros perros sufrirá la experiencia de ser abandonado en la calle con una cláusula que especifica que en caso de que la situación familiar cambie y se vean en la necesidad de “tener que desprenderse del cachorro, la familia se compromete a informar a nuestro centro de esta situación dándole la primera opción de recuperar el cachorro”. De esta manera nos comprometemos a hacernos cargo del perro si la familia ya no puede seguir con él.